Gatteninblod

Gatteninblod


Desde que esos escarabajos con corte de Balá aparecieran allá por los 60, nuestras esperanzas de otra revolución con esa magnitud en el mundo de la música había quedado atrás. Nadie se esperaba esto: Un disco extraño, una carátula aún extraña, y esos videos locos por youtube. Una legión de fanáticos crecía día a día, dejando de lado su amado Star Wars, al Señor Spock, y las tetas de Linsday Lohan. Disfraces, remeras, gritos, posters. Los locos sin vida que habían encontrado algo más en que malgastar su tiempo, y que por primera vez, sintieron el miedo de que su mundo trascendiera barreras.
Todos estábamos locos con el disco levantar un muro de Gatteninblod. Después de tanto tiempo, la locura de los cuatro, había vuelto.

Tengo que reconocer que jamás había sentido tantos nervios, como cuando recorría aquel camino lleno de árboles gastados por miles de uñas, bolas de pelo, y un penetrante olor a orina de gato que llegaba desde lo lejos. Los acordes de odisea espacial sonaban en una versión acústica que estaba gestándose, mientras el sol hacía de las suyas sobre el arenero, un desierto renovable de varios colores.
El mayordomo me guió hasta Skoloff, quien esperaba acurrucado sobre un inmenso almohadón, medio dormido.
Al llegar, no supe si darle la mano, o acariciarle el lomo. Simplemente sonreí.
-Espero no te moleste que Kitho no esté-dijo con una voz somnolienta, medio gangosa, con las eres estiradas.
-Pensé que era el extrovertido del grupo-
-Le gusta inspirarse a ronronear con la panza al sol-respondió con un bostezo con el que pude ver sus colmillos.
-A pesar de que cambiaron el mundo, no dejan de ser lo que son-
-A mi por lo menos me encanta cantar, y añoro nuestros comienzos en las tapias.
-¿Desde entonces tenían fans?
-¡Los humanos son tan especiales! Estábamos llenos de zapatillazos y de perros de los que huir.
-¿Cómo fue entonces?
-Dejamos los maullidos y comenzamos a usar su idioma. ¡Tan complicado no es!
-Comprendo, supongo que la sorpresa fue enorme.
-Solo al principio, como cuando te despertás y te lavás el cuerpito y te dan ganitas de dormir sin saber porqué, pero te dormís igual.
-Ah…-respondí con una expresión estúpida-
-Después hubieron más perros y zapatillas. Recuerdo que nos decían cosas como: Si pueden usar palabras, entonces entiendan esto: ¡CALLENSE, CARAJO!
-Comienzos duros-
-Eso fue hasta que nuestros nuevos humanos nos descubrieron. No me gustaba que me mimen tanto, no podía dormir, ni afilarme las uñas en paz. Estaban felices al usarnos como nueva campaña después de ese asesinato histórico en el pácifico. ¿Recuerdas a la última ballena? ¿Esa que se comieron los japoneses?
-Escribí algunos artículos sobre ello…
-No me gusta el pecado, prefiero el pollito, a veces lechita-
-Seguí con la historia, por favor
-Haceme mimitos- Gracias- Creyeron que podrían hundirlos en alguna prisión si veían lo que llamaban ¨un milagro¨ como nosotros. Y más aún, todos de Argentina. Con tantas fotos y luces, Kitho perdió su visión nocturna, y yo cada vez que escucho un clic, siento como que un perro me muerde. Después de eso, otros humanos pensaron que lo de nosotros era bonito.
-No definiría así lo que ustedes hacen.
-Me hubiese hartado demasiado si no estuviese castrado. El miau tipo propaganda de purina, cambió por algo más duro, con lo que les demostrábamos a esos maricones pulgosos lo que un par de uñas y unos maullidos pueden lograr. Queríamos comenzar nuestra guerra en el mundo al hacer sentir la voz felina.
-El miau metal-
-¡Siiiiiiiiiiiiiiii! ¡ESO!-Gritó enloquecido, y comenzó saltar arañando todo cuanto se ponía a su paso. Sus pupilas se pusieron totalmente oscuras al verme y algunas gotitas de baba caían por su hocico. Se acercaba a mi lentamente, aullando las primeras frases de ¨hombre en la luna¨
-Voy a arrancarte los ojos, y hacer una bola de pelos con ellos… Voy a hacer pipi en las cuencas sangrantes de tu cara… Voy a afilarme mis uñitas en tu pancita… Y te voy a arrojar al espacio, para que mueras como…-
Me hubiese gustado terminar la entrevista. Seguro si hubiesen estado en mi lugar, hubiesen hecho lo mismo. Estrella o no, me gustan mucho mis ojos.